El gofre belga es más alto, esponjoso, liviano y sabroso que el tradicional o el conocido en Estados Unidos. De hecho la versión americana nace a partir de los belgas que emigraron y llevaron su típica receta, pero adaptada a las harinas y paladares del otro lado del Atlántico.
Los wafles belgas son crujientes y dorados por fuera, y suaves, esponjosos y blancos por dentro. En realidad el conocido en el resto del mundo como “wafle belga” es en realidad el “wafle de Bruselas” que fue mal bautizado durante la Feria Mundial de Nueva York de 1964 para sintetizar, y así quedó.
INGREDIENTES:
·
250 gr. de harina todo uso
·
25 gr de levadura fresca o 8 gr. de levadura seca
·
150 gr. de azucar perlado (o azucar común si no
encontráis)
·
200 ml de leche
·
100 gr de mantequilla
·
3 gr. pizca de sal
·
1 sobre de azucar avainillado
·
2 huevos (separadas claras de yemas)
PREPARACIÓN:
Ponemos un cazo a fuego medio, con toda la leche salvo
un vasito pequeño, y añadimos la mantequilla. Dejamos que la
mantequilla se vaya fundiendo, lentamente y sin hervir, para que la leche no
alcance excesiva temperatura. Cuando esté totalmente fundida retiramos y
dejamos entibiar unos minutos. Añadimos a esta mezcla una vez entibiada, las
yemas de huevo, una a una y rompiendo las bien para que no se nos cuajen al
incorporarlas. Reservamos. Entibiamos en el microondas la leche del vasito, y
disolvemos en ella la levadura fresca, si usamos levadura fresca. En caso
de usar levadura seca liofilizada, la podemos incorporar directamente a la
harina y en ese caso pondremos toda la leche para fundir en ella la mantequilla.
En un bol mediano, tamizamos la harina y le añadimos la levadura seca si la usamos,
la sal y el azúcar avainillado. Si no tenemos azúcar perlado, es el momento
también de añadir el azúcar común.
Hacemos un hueco en el centro de la mezcla de harina y
añadimos en él, la mezcla de leche, yemas y la
mantequilla y la leche con la levadura fresca si la hemos usado. Mezclamos
bien, de dentro a fuera, hasta obtener una masa homogénea y muy blanda, como
una masa de creps muy espesa. Cubrimos nuestra masa con un film engrasado
y dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que esté esponjosa y haya
doblado su volumen.
De esta forma, mientras incorporamos el azúcar perlado
aprovechamos también para desagasificar la masa. Montamos las claras a punto de
nieve y las añadimos a la mezcla anterior con movimientos envolventes , hasta que estén totalmente integradas. Si el azúcar lo hemos añadido con la
harina, en este paso tan solo desgasificaremos la masa con una cuchara de palo.
Enchufamos nuestra gofrera.
Depositamos 2-3 cucharadas de masa, y las repartimos rápidamente
por la totalidad de la superficie. Esta operación conviene hacerla rápidito
para que luego los gofres se doren de forma homogénea. No añadir demasiada
masa, la justa para cubrir los dos gofres, ya que la masa crece y se expande
con el calor y al cerrar la gofrera puede desbordarla por los laterales. Cerramos
la gofrera (sin poner el seguro que mantiene las dos planchas fijas y
apretadas) y dejamos unos 8 minutos. Es el tiempo que le llevó a mi gofrera
para dorar bien los gofres. Sacamos de la plancha con ayuda de una espátula
de silicona o un tenedor de palo y dejamos sobre una rejilla unos segundos,
para que el calor que desprende el gofre no lo revenga. Cuando
hayan dejado de estar blanditos, y comiencen a endurecer los cortamos y
servimos calientes, acompañados de lo que más os guste, sirope de chocolate,
fruta, creme fraiche, mantequilla aromatizada.
eeeh! se ve que es muy rico este pastel! :_) oooh! dios! la comida siempre a sido muy buen! más los postres! :p aaah! sip! que rico! la comida siempre ha sido un buen tema! Muy bien! :3
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